Etiquetas

, , , , ,

El pasado 31 de diciembre de 2021 se publicó en el Boletín Oficial del Estado, el Real Decreto 1150/2021, de 28 de diciembre, por el que se aprueba la Estrategia de Seguridad Nacional 2021, y que deroga la hasta ahora vigente aprobada por derogado Real Decreto 1008/2017, de 1 de diciembre.

Llama la atención que, pese a las previsiones contenidas en la Ley de Seguridad Nacional sobre que la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) ha de revisarse cada cinco años, la anterior de 2017 no haya llegado a su fin. Y es que se prevé que el ciclo quinquenal puede acortarse cuando lo aconsejen las circunstancias cambiantes del entorno estratégico.

En este caso concreto, las causas apreciadas son las circunstancias cambiantes, planteadas en España y en el mundo en general por la situación de la pandemia de la COVID-19, y que, puestas en contexto y en combinación con la transformación digital imparable consecuencia del incremento de infraestructuras y servicios digitales, potenciado a su vez por tecnologías disruptivas y emergentes como la computación en la nube, la computación cuántica, la Inteligencia Artificial, la virtualización de redes o el Internet de las Cosas, arroja un panorama de serios desafíos para la Seguridad Nacional -acrecentados sin duda alguna por los nuevos escenarios de «guerras cibernéticas» en conflictos como el ruso/ucraniano u otros conflictos geopolíticos-.

Ya la mencionada Ley de Seguridad Nacional en su artículo 10 contempla a la CIBERSEGURIDAD como un ámbito de especial interés, pero esta nueva ESN la considera como una prioridad de organizaciones y gobiernos.

En este sentido, la ESN 2021 describe los que considera cuatro principales vectores de transformación entre los que se encuentra la transformación digital, caracterizada por:

  • la aceleración del proceso de digitalización aupado por la pandemia de la COVID-19, que ha situado a la interacción digital en el centro de las actividades públicas, privadas y profesionales y ha consolidado la hiperconectividad como rasgo definitorio de los sistemas de información y comunicaciones.
  • el impacto en las relaciones sociales y la configuración geopolítica, susceptible de generación de cambios de poder, tanto dentro de los Estados como entre ellos.
  • la afectación en la estabilidad económica y las políticas monetarias por la irrupción de tecnologías potencialmente disruptivas con la implantación de divisas digitales.
  • la conversión del dato en un recurso estratégico de primer orden, y la consiguiente afectación al derecho a la privacidad de los usuarios de servicios digitales.

Todo ello provoca:

  • la ampliación de la superficie de exposición a posibles ciberataques y la consiguiente dificultad para la adecuada protección de la información, amplificados por la prevalencia de criterios comerciales frente a los de seguridad en el diseño de productos y de sistemas y servicios.
  • la acentuación de la brecha tecnológica tanto entre individuos y sociedades como entre países, debido a  la consolidación del ciberespacio como dominio estratégico.
  • el planteamiento de interrogantes éticos ante actividades de ingeniería genética derivadas de los avances tecnológicos en campos como la biotecnología.
  • la intensificación del debate sobre la ética y la defensa de derechos digitales, condicionado especialmente por la concentración de la información en las grandes compañías tecnológicas y por su uso abusivo por parte de algunos actores políticos.
  • a vulnerabilidad ante posibles injerencias de terceros en infraestructuras digitales, como los centros de procesamiento de datos o los cables submarinos, y a los activos que sustentan la propiedad intelectual e industrial del sector empresarial.

Para dar respuesta a estas situaciones, la ESN 2021 pretende garantizar el uso seguro y fiable del ciberespacio, para proteger los derechos y las libertades de los ciudadanos y promover el progreso socio económico, considerando de suma importancia el incremento de las capacidades (tecnológicas, humanas y económicas) de la ciberseguridad nacional dirigidas a la prevención, detección, respuesta, recuperación, investigación y defensa activa.

En concreto, plantea que, en la Administración pública, es ineludible avanzar en el modelo de gobernanza, mencionando las capacidades de vigilancia, detección y respuesta ante ciberataques contra la Administración General del Estado y sus organismos públicos, así como contra las administraciones autonómicas y locales, del Centro de Operaciones de Ciberseguridad, y la puesta en marcha de una plataforma nacional de notificación y seguimiento de ciberincidentes que permita medir el intercambio de información entre organismos públicos y privados en tiempo real.

El panorama de riesgos y amenazas relacionadas con el componente tecnológico y, por ende con la ciberseguridad, que plantea la ESN 2021, supone un desafío en el que se ve involucrada toda la sociedad – ciudadanía, empresa y sector público – que ha actuar de forma armonizada en el marco del Sistema de Seguridad Nacional, mediante un enfoque integral basado en la resiliencia.

Manuel José Silos

Teniente Coronel, Unidad de Coordinación de Ciberseguridad de la Guardia Civil.